El desamor y la tristeza van siempre unidos, porque no hay nada más triste que tener que alejarte de alguien a quien amabas.
Es triste pasar por un desamor, pero de todo se aprende en esta vida, y cada aprendizaje nos hace más fuertes.
Solo quien ha vivido un desamor sabe lo que siento cuando digo que mi tristeza es inmensa.
La tristeza del desamor la cura la gente hermosa que tienes cerca, por eso, ¡apóyate en tu familia y rodéate de buenos amigos!
Estoy triste y sin esperanzas, pero me consuela un poco saber que el desamor se supera.
Los amigos son el ingrediente más importante para superar el desamor.
Tuve que pasar por la tristeza del desamor, pero ahora miro al futuro con fuerza y con las esperanzas de que todo sea mejor.
Que alguien me enseñe a cómo recuperarse de un desamor, porque no encuentro consuelo ni tampoco la solución.
Amar a alguien que no te ama es como luchar contra algo que nunca podrás derrotar.
Este amor duró tan poco que sin darme cuenta seguí soñando con él durante algún tiempo, sin embargo, sé que la tristeza no me invadirá y lo superare rápidamente.
Si el amor no lo es todo, entonces porque siento este vacío tan grande que me debilita día tras día.
En el amor, a veces nos negamos a ver lo que está frente a nuestros ojos por no sufrir, pero eso solo nos hará sufrir más después.
Nunca sentí una tristeza tan profunda como la que siento el día hoy al no estar a tu lado.
No sé si hay algo más triste que saber que la persona a quien amas ha dejado de sentir lo mismo que tú.
No sé si me duele más saber que no me amas o pensar que nunca me valoraste.
Si ya no te aman es mejor que lo sepas, aunque eso implique tristeza, porque vivir con alguien que finge por ti, puede ser igual de triste.
Sé que la tristeza que dejaste en mi corazón necesita mucho tiempo para curarse, porque es profunda e inmensa.
No llegaste a mi vida para quedarte, pero sí para enseñarme.
Tu falta me hizo perder el brillo de los ojos pero ahora no solo brillan sino que resplandecen con tu ausencia.
Perderte fue algo que me hizo sentir un desánimo inigualable que me fue debilitando poco a poco.