Vivir un día a la vez hace que quieras aprovechar cada minuto de las 24 horas libremente.
No hay nada que nos motive más que nosotros mismos siendo felices diariamente.
Adoro la vida, con todas sus partes, tanto las buenas como las malas, porque todas me hacen crecer.
Lo que me gusta de la vida es que sé que nunca voy a parar de aprender.
Dedicar tiempo a lo que amamos nos hace vivir una vida llena de sonrisas.
Una sonrisa natural siempre vale más que cualquier otra cosa.
Aquí estoy yo, como siempre, intentando ser la mejor versión de mi.
Me miro al espejo y veo que soy quien siempre soñé ser.
Cuando despierto con ganas de no hacer nada me recuerdo que hoy es un día que nunca más se repetirá y con una gran sonrisa lo aprovecho.
No me asusta caer, ya sé como es, y aprendí a levantarme sin miedo.
Celebro mi vida, celebro mis amigos y mi familia, que me sacan siempre una gran sonrisa.
La vida está llena de momentos que no sé repetirán por eso siempre hago lo posible por aprovecharlos al máximo.
No siento el cambio como algo malo sino como una oportunidad para crecer y madurar.
Cuando se trata de pasarla bien, voy siempre al 100 por 100.
Extrañar a los míos es algo a lo que sé que nunca me acostumbraré.
Mirarme al espejo y ver que soy aquella que siempre quise ser.
Me gusta tomar riesgos porque me hace sentir que tengo el control de mi vida.
Conocer personas nuevas y viajar, dos cosas tan necesarias para mi como respirar.
Me gusta aprender, me gusta soñar, viajar, bailar y ayudar a los demás.
He aprendido a quererme y eso es algo que llevaré conmigo siempre.