Hay amistades tóxicas, y la tuya es tan solo un ejemplo más.
Conmigo no cuentes más, es más fácil que ocurra cualquier milagro a que yo en ti vuelva a confiar.
No te pienso rogar por tu amistad, ¡No soy de esas personas!
No me interesa lo que digas de mi, hace tiempo que dejé de prestarte atención.
Creí que eras mi amiga, pero luego me di cuenta de que fue todo un sueño.
No creas que por no decirme las cosas no las sé ya, pues sé que lo tuyo no es la sinceridad.
Lo que por mucho tiempo pensé que era amistad terminó siendo falsedad.
No voy a pedir perdón por algo que no he hecho yo, así que puedes esperar ese momento, que nunca llegará.
Si ya no paso tanto tiempo como antes contigo, ¡Analiza lo que me has dicho!
No me interesan las amistades que solo me quieren por su interés.
Creo que tienes suficiente con ocuparte de tu propia vida, por eso, no te metas en la mía.
Nos vemos todos los días, no me creo que no tengas tiempo de hablar conmigo lo que vas hablando con los demás.
Me di cuenta que no tenías tiempo para mi, y por eso dejé de regalarte mi amistad.
Muy rápido te has olvidado de que éramos amigas y eso me hace pensar que para ti no lo éramos tanto.
No entiendo como teniéndome tan cerca andas hablando con todo el mundo menos conmigo.
Solía ser tan buena amiga, que ignoraba tus indicios de falsedad.
No sé si ya te había dicho que después de lo que pasó tu amistad la guardé en un cajón.
No te necesitaba antes de conocerte, por tanto, tampoco te necesito ahora así que déjame seguir con mi vida y no preguntes porque no eres más mi amiga.
Si tienes algo que decirme, que sea a la cara por favor, soy todo oídos.
Durante mucho tiempo dijimos ser amigas, y lo que más me dolió fue desaparecer de tu corazón.