Ya echaba de menos este espíritu navideño, llegó la hora de festejar y renovar energías. ¡Feliz navidad y próspero año nuevo!
Disfrutemos cada minuto del domingo con tranquilidad y una buena compañía.
A veces somos frágiles para aguantar los golpes de la vida. En esos momentos yo recurro a la oración, porque sé que Dios me escucha y eso me da energía.
Confío en los míos, pues es lo que da alegría y sentido a mi vida.
Días de transformación, de fe y de valor. ¡Felices pascuas!